Administración Pública y el estado emocional de la Resignación

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Mucho escuchamos sobre la administración pública, sobre gestión pública, sobre el estado como un ente que presta servicios a la comunidad, un estado que se administra, un estado que hace foco en algunas cuestiones y que también olvida algunas otras.

En algún café, en cualquier encuentro, en los medios de comunicación, aparece la conversación sobre la calidad de funcionamiento del estado, sobre el grupo humano que lo forma y, fundamentalmente, sobre los servicios que presta.


Tenemos chistes que apuntan a ridiculizar la administración pública, tenemos personajes artísticos reconocidos que caricaturizan a los empleados públicos, disfrutamos del sketch televisivo donde reconocemos un estado burocrático, pesado y torpe.

Desde el Coaching Ontológico, vemos las organizaciones, tanto públicas como privadas como espacio de relaciones, y entendemos que estas son lo que son según su dinámica relacional.

¿Cuál es la dinámica de relación de la administración pública? ¿Cómo se conversa en la administración pública? ¿Cuál es la emocionalidad que caracteriza a estos entes de gestión pública?

Es más que obvio que cuando hablamos de “la administración pública” crudamente metemos en esa definición a un enorme grupo humano que tiene características particulares, dependiendo del área, de las competencias y del servicio que cada área publica presta.
Pero me tomo el derecho de generalizar, por un momento, para poder mirar algo común, buscando algo que quizás excede al ámbito público y hasta es contagioso en toda la comunidad. Es el estado emocional de la resignación.

Desde el Coaching Ontológico entendemos que un estado emocional es una emocionalidad que permanece en el tiempo, es una forma de estar, que contamina todo a nuestro alrededor.

Para entender un ejemplo concreto y que todos pudimos haber experimentado: el estar enamorado, es un estado emocional en sí mismo, todo es diferente cuando estamos enamorados, vemos la vida “color de rosa”, nos puede pasar algo malo en el día, pero nuestros pensamientos tienen que ver con esa relación, con esa mirada o con ese contacto con la persona amada. Es porque estamos en un estado emocional positivo.

Volviendo a la resignación, entendiendo como un estado de ánimo que tiene la creencia oculta que “nada puede cambiar el estado actual de las cosas”, que hagamos lo que hagamos las cosas no van a cambiar, que no sigamos intentando porque es “de balde” , nada va a cambiar.

Todos escuchamos esta conversación, probablemente alguna vez nos dijeron: -“no lo intentes, nada va a cambiar”, y no lo intentamos, eso, justamente es la resignación.

Dentro de la administración pública uno puede escuchar este tipo de conversaciones, podemos decir que es un estado de ánimo más preponderante que otras estados emocionales en este ámbito.
Pero como podemos salir de la resignación? Cuál es la alternativa para este estado de ánimo?

Del otro lado de la resignación, esta su opuesto y es la ambición, que se destaca por ver posibilidades positivas en el futuro. Mientras la resignación clausura posibilidades futuras, la ambición recupera el optimismo hacia el futuro y la persona en este estado de ánimo ve posibilidades de acción donde otros no lo ven.

Con mala prensa, la ambición, no se ha ganado un lugar de privilegio, pero los invito a revalorizarla entendiéndola como un estado de ánimo que abre un espacio de posibilidad hacia el futuro, donde, si accionamos coherentes con lo que buscamos, podemos ver resultados, allí donde parecía que todo estaba perdido.

Desde esta disciplina entendemos que la posibilidad para que un grupo humano, como la administración pública, salga de la resignación es el aprendizaje. Cuando aprendemos, nos damos cuenta que lo que antes era imposible, ahora puede ser posible. La formación genera que las personas se den cuenta de algo.

Mediante el Coaching Ontológico el grupo obtiene herramientas y técnicas que le permiten observar sus experiencias y tener posibilidades de acceder a espacios de acción más efectiva.

Un coach habilita un proceso de aprendizaje, mediante el cual, un grupo puede ampliar su capacidad de acción, puede buscar hacer otras acciones, puede intentar otras maneras de ser y de hacer para conseguir resultados. El aprendizaje amplia la mirada, inspira nuestro espíritu crítico y nos vuelve mas dinámicos en pos de aquello que se busca.


A través del aprendizaje aparece posible lo que antes era imposible:
La administración pública como un grupo humanos al servicio de algo más grande, como un grupo humano orgulloso de ser servidores públicos.

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